9/10/16

El contexto y la conexión humana: claves para prevenir las adicciones

El contexto y la conexión humana: claves para prevenir las adicciones

lanacion.com.ar.-Alberto Riva Posse

No todas las personas que experimentan un contacto inicial con las drogas se convertirán en adictos. Pero corren ese grave peligro. El uso al principio es voluntario y libremente elegido. El uso repetitivo y continuado daña las funciones del cerebro deteriorando la capacidad de ejercer control sobre su ingesta y volviéndolo sensible al estrés y los humores negativos.

Los estudios de Bruce Alexander, profesor de Psicología de Vancouver, buscaron comprender la importancia del ambiente en las adicciones. El potencial adictivo de una droga se evidenciaba con una rata sola en la jaula. El experimento consistía en ofrecerle agua dulce o agua con cocaína. Sucedió que un alto porcentaje de ratas solitarias se transformó en adictas. Entonces, el profesor construyó un parque para ratas (Rat Park). Se trataba de una amplia jaula de diversión en la que las ratas tenían plantas, pelotas de colores, escondites, la mejor comida para ratas, túneles para corretear y libre posibilidad de compañías sexuales.

En el parque de ratas, todas probaron los dos recipientes de agua: uno con azúcar y el otra con drogas. A muchas ratas no les interesó el agua con droga. Mientras antes las ratas que estaban solas e infelices se hicieron adictas, no ocurrió lo mismo con la mayoría que vivía en un entorno amplio con diversas opciones.


La jaula te condiciona

Después de la primera etapa de Rat Park se repitieron los experimentos iniciales. Las ratas estaban aisladas en pequeñas cajas y consumían la droga de forma compulsiva durante 57 días. Luego las sacaban del aislamiento y las situaban en el amplio parque para ratas. Lo que ocurrió fue interesante. Muchas ratas tuvieron síntomas de abstinencia, pero muchas dejaron de consumir y al tiempo volvieron a llevar una vida normal. La jaula "buena" las salvó, pero algunas continuaron adictas, en un porcentaje de todas maneras importante.

Haciendo un paralelismo con los humanos, si hoy un persona sale a correr y se rompe la cadera, probablemente le den opiáceos. En el hospital hay mucha gente que los recibe, como calmante por un largo período. El opiáceo que da el médico tiene una pureza mucho mayor que la que se consume en la calle. Al salir del hospital, raramente la gente anda por las calles pidiendo opiáceos para seguir con su hábito. Los consumidores por razones médicas en general lo dejan, a pesar de que se han estado drogando durante meses.

Esto nos da una visión más amplia acerca de la necesidad de entender a los adictos. Es real que los seres humanos tienen una necesidad profunda de apego, de crear y disfrutar vínculos. El amor al prójimo (recíproco) nos marca el camino de una satisfacción humana. Si no podemos conectar con las personas, idealizaremos y pondremos en un lugar de salvación divina cualquier cosa que encontremos, sea el zumbido de una ruleta o el pinchazo de una jeringa.

Entre otros factores muy importantes como los genéticos y biográficos, se puede considerar que un adicto a un opiáceo o la cocaína se ha adherido a ella en parte porque no ha podido vincularse con otra cosa hasta ese momento.

Se deduce que en la adicción como causa y tratamiento es necesario el reconocimiento del amor de los demás y la vinculación con ellos. Eso es la conexión humana.

En nuestro país y en el resto del mundo hay muchas muertes por toxicidad y sobredosis. Es evidente una desorientada búsqueda de felicidad en medio de un gran vacío existencial que lleva, por ejemplo, a los adolescentes a ingerir las pastillas en festivales que promueven el consumo.

La intensa repetición del uso abusivo de sustancias causa cambios del sistema nervioso que constituyen una "enfermedad cerebral crónica" (severa) en un porcentaje de un 10 a 15%, de muy difícil recuperación.

Las políticas despenalizadoras, muy opinables y controversiales, sólo serían razonables con la educación previa de la población y una toma de conciencia general sobre las consecuencias destructivas de las adicciones y la necesidad de una educación desde la vida familiar.

Abstinencia, medicación adecuada, reconexión afectiva familiar y social son la receta a aplicar en los centros de recuperación de adictos.

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