2/7/16

Internet aviva las ludopatías [2-7-16]


Internet aviva las ludopatías

Las apuestas en la red y el póker y bingo «online» están aumentando los transtornos relacionados con el juego y están generando un nuevo perfil de jugador patológico

Las nuevas tecnologías e Internet se están convirtiendo en un nuevo foco de ludopatías. Mucha gente pasa un rato delante del ordenador jugando o comprando por la red y hay quien no sabe frenar y acaba teniendo una dependencia enfermiza de estos hábitos que incluso requieren tratamientos.

Históricamente el ludópata era aquella persona adicta a las máquinas tragaperras o al bingo, pero los expertos ya hablan y tratan cada vez más al jugador patológico «online», aquel que está horas y horas frente al ordenador y que llega a tener problemas mayoritariamente económicos pero también con su entorno. Y, por desgracia, este perfil va a más.

«Cuando una persona deja de ver el juego como un entretenimiento y pasa a ser una necesidad es que existe un problema», explica Susana Jiménez, responsable de la Unidad de Juego Patológico del servicio de Psiquiatría del Hospital de Bellvitge de Barcelona. El centro, pionero en este tipo de atención, ha notado un aumento significativo de este jugador patológico.

El principal ludópta sigue siendo, con diferencia, el jugador de máquinas, pero en los últimos años han notado una bajada de este perfil. En 2012 el 13% de las adicciones al juego de Bellvitge tenían que ver con la red, una cifra que va subiendo. Básicamente, se trata de apuestas, bingo o póker «online» que enganchan a universitarios, que acaban sufriendo serios problemas económicos por culpa de este vicio.


«Perdí el rumbo»

Roger F. puede dar fe de ello. Pasó siete años viciado a las apuestas deportivas por Internet, en los que acabó aislándose y llegó incluso a perder su pareja. «Al principio tuve buenos resultados, pero la situación degeneró: cada vez pasaba más tiempo en la red, quería ganar más y perdí el rumbo totalmente y esto me afectó en mi vida personal y económica», explica.

«Tenía un orgullo desmesurado y quería arreglar la situación económica yo solo, pero todo empeoraba. Hasta que un día dije ‘basta’», detalla este barcelonés de 33 años. Para él, lo peor era «lo solo que estaba y la de mentiras que tuve que decir» y lo más complicado fue «decidir que necesitas ayuda, quitarte el orgullo de encima y comentarlo con la familia», recuerda.

Roger explica que «por suerte, no me he endeudado». No ha ahorrado nada pero no ha dejado de pagar el alquiler ni de cubrir sus necesidades. Otros compañeros de terapia no pueden decir lo mismo: en Bellvitge llegan a ver casos en los que el paciente debe 100.000 euros o más.

En menor medida, pero no menos importantes, están los casos de compra compulsiva «online» gracias al auge de las webs que ofrecen productos de grandes marcas a precios muy asequibles. Afecta especialmente a mujeres con buenas profesiones que «acumulan deudas, en algún caso terribles», incide la experta en juego.

La Unidad del Juego Patológico también está notando más consultas de personas enganchadas a las redes sociales y sus juegos. El año pasado éstas fueron el 10% de las consultas que llegó a la unidad y también van a más. Las adicciones llegan especialmente por el uso desmesurado de aplicaciones como la granja de Facebook o el juego de rol ‘World of Warcraft’. «Hay gente que se pasa 16 o 18 horas al día jugando», sentencia Jiménez.

«Que el juego es un vicio que no tiene arreglo es mentira», sentencia la experta. En España casi el 2% de la población sufre problemas de juego, y con una buena terapia es posible salir de esta enfermedad: el 70% de los pacientes de la Unidad del Juego de Bellviteg consigue dejar esta adicción sin sufrir ni una recaída.


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