15/12/10

Adicciones: cómo romper el ciclo

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Adicciones: cómo romper el ciclo

HÉCTOR PINA Para La Voz

El término adicción se refiere a cualquier hábito que llegue a convertirse en una especie de compulsión e interfiera con nuestras tareas cotidianas. Cualquier adicción es mala, tanto si es a las drogas, al alcohol, al juego, a la comida, a las computadoras, a la televisión...

El origen de las adicciones es variado, ya que pueden intervenir factores genéticos, condiciones sociales, rasgos de la personalidad e incluso conductas motivadas por elementos farmacológicos o biológicos.

Lo cierto es que cualquier persona puede desarrollar algún tipo de adicción en su vida. Nadie está exento de ello.

Los adictos experimentan una especie de estado de embriaguez cuando satisfacen sus impulsos, independientemente de que haya consumo de sustancias o sea una cuestión de conducta. Suelen pensar compulsivamente en cómo satisfacer sus deseos.

En sentido general, en las adicciones puede haber cierto grado de dependencia fisiológica y psicológica, aunque esto no ocurre siempre. Por ejemplo, la dependencia fisiológica se deriva de sustancias adictivas que introducimos en el cuerpo cuando consumimos ciertos tipos de drogas. La dependencia psicológica está producida por la gran euforia que podemos experimentar cuando satisfacemos un deseo.

Hay personas que se juegan el salario de todo un mes sin pensar, en ese momento, en las consecuencias que esto puede traer. Pero incluso si son conscientes de esos resultados perjudiciales, el impulso de jugar es tan fuerte que los hace olvidar o reprimir otros pensamientos negativos.

Este tipo de adicción puede poner en peligro las relaciones personales, ya que los adictos suelen irritarse cuando les señalan sus problemas e incluso tienden a aislarse y asociarse exclusivamente con personas que piensan y actúan como ellos.

De hecho, las familias de los adictos deben desarrollar un alto grado de paciencia y comprensión, ya que estas personas llegan a ser dominadas por sus hábitos y piensan de forma diferente.

La insatisfacción

Un adicto a la comida, por ejemplo, puede consumir grandes cantidades de alimentos a solas o con un grupo de amistades comilonas, aunque sepa los problemas que el exceso de peso y la obesidad pueden causar a su salud. Muchas veces, los adictos se deprimen tras un episodio de impulsos y excesos pero para volver a sentirse bien incurren posteriormente en las mismas conductas perjudiciales.

En una ocasión, un colega me comentó que detrás de cada adicción había algún tipo de insatisfacción o conflictos personales sin resolver.

He buscado una justificación científica a su afirmación pero no he encontrado nada concluyente con respecto a las adicciones en general. De hecho, la comunidad científica no se ha puesto de acuerdo sobre la causa o causas específicas que pueden llevar a una persona a desarrollar una adicción.

Sin embargo, en muchos casos todo puede haber comenzado por una simple curiosidad o la presión de amigos, en especial durante la adolescencia cuando somos tan vulnerables a lo que piensan los demás.

En otros casos puede existir una falta de control sobre nuestros impulsos.

Mi experiencia como psicólogo con adictos al alcohol, las drogas e incluso la comida, me indica que hay una mezcla de diversos factores que contribuyen al desarrollo de adicciones, desde la dificultad para lidiar con problemas y emociones personales hasta la necesidad de sentirse más seguro y desinhibido a la hora de desenvolverse ante un nutrido grupo de personas.

Una vez conocí a una mujer que cada vez que pasaba por delante de una cafetería Dunkin' Donuts tenía que parar, comprar alrededor de una docena de donuts y comerlos antes de llegar a casa. Luego eliminaba todo rastro de su fechoría y a la hora de la cena decía a su familia que no tenía hambre.

Su peso era excesivo, padecía diabetes y serios problemas circulatorios, pero no podía luchar contra sus propios impulsos. Cuando finalmente tuvo que ser hospitalizada por una fuerte subida de glucosa en la sangre, ésa fue la señal de alarma. Buscó ayuda profesional para cambiar un patrón de conducta que pudo haberle causado la muerte a una edad temprana.

Qué hacer

Si crees que tú o un ser querido tienen algún tipo de adicción (en los últimos tiempos también se habla de la adicción a las relaciones sexuales), el punto de partida es admitirlo y tratar de comprenderlo.

Lo mejor es que busquen ayuda profesional porque sólo un terapeuta especializado te guiará adecuadamente para que dejes de alimentar tus pensamientos obsesivos y te aportará herramientas para luchar contra tus impulsos. También puedes comenzar a informarte buscando información en Internet o en una biblioteca pública.

El segundo paso importante es no esconder tu problema ni avergonzarte. Tiene que haber alguien entre tus parientes o amigos en quien puedas confiar sin temor a que te ridiculice o divulgue tu secreto.

Es importante que puedas hablar abiertamente. Siempre puedes recurrir al departamento de psicología de una universidad o de un hospital en tu localidad, así como a una agencia comunitaria, una iglesia, si practicas una religión, o un consejero escolar si eres estudiante.

Por último, lo más importante es que no intentes superar una adicción solo. Únicamente con la ayuda de otros puedes combatir eficazmente tu adicción y empezar una nueva etapa sin dependencias.


chron.com

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