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La adicción a las cirugías [01-08-15]


La adicción a las cirugías

Desde muy joven fue un adicto a las operaciones estéticas y su obsesión por mejorar su apariencia física lo llevó a someterse a más de 27 intervenciones de distinto tipo.

losandes.com.ar

En sus cortos 45 años de vida, Fort pasó más de la mitad en un quirófano, sin contar los últimos años que vieron recrudecer sus dolencias crónicas de columna y rodilla.

Desde muy joven fue un adicto a las operaciones estéticas y su obsesión por mejorar su apariencia física lo llevó a someterse a más de 27 intervenciones de distinto tipo.

Se operó la cara (se puso una prótesis en la pera y se retocó los pómulos), se hizo completamente el torso, se afinó la cintura y hasta se realizó un extraño procedimiento en el que se implantó tres centímetros de talones para ser más alto.

Sin embargo, en el tramo final de su vida sus ingresos a clínicas por cuestiones de salud, ya no estéticas, fueron noticia repetida. En marzo de 2010, le colocaron seis tornillos de titanio y dos espaciadores en la rodilla izquierda.

En junio de ese año, fue internado por fuertes dolores en la columna. En setiembre de 2011 volvió a ingresar al quirófano para revisar 15 clavos que tenía en su columna vertebral.

En octubre de ese año estuvo al borde de la muerte durante una operación en la que sufrió una arritmia y tuvieron que suspender la cirugía.

Fort vivió otra seria complicación por una úlcera en el duodeno, que se le perforó y tuvo que ser operado de urgencia por una peritonitis. Le sacaron cuatro litros de pus.

En setiembre pasado su espalda volvió a jugarle una mala pasada. Tuvo que se internado y le implantaron 16 tornillos de titanio en la columna, más dos varillas para apuntalarla.

Además le implantaron anillos de metal para separar sus vértebras y evitar el desgaste de sus discos.

El 17 de noviembre pasado escribió en su cuenta de Twitter sobre una nueva lesión en su pierna.

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