10/7/10

Casados y mayores de 40, los que más piden abandonar el juego

La atención del jugador compulsivo es gratis, a través de un centro de tratamiento. Todo empieza con una llamada telefónica.

Hace algunos años, el hombre o la mujer que jugaba de manera compulsiva, perdía dinero y afectos familiares; y prácticamente no tenía cómo enfrentar esa triste realidad, ya que no había acciones de contención o rehabilitación, como sí disponían y disponen bebedores o consumidores de drogas.

Sin embargo, a partir de 2006 en ocasiones, con alguna intermitencia, el Estado provincial habilitó el programa "Juego responsable", destinado a ayudar a personas que tengan problemas de ludopatía, que es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una patología y a su portador, enfermo.

En este contexto, el programa armó el perfil de quienes consultan por ludopatía. Se trata de personas mayores, que tienen instrucción (media o superior), un nivel de información adecuado y en su mayoría están empleados.

Todos estos datos son de personas que sufren una conducta adictiva al juego, es decir, que han problematizado su situación, y empiezan a tener complicaciones familiares, legales, económicos y/o laborales, convirtiéndose en una enfermedad social.

Este dato y otros revelados por las autoridades, surgen del Registro Continuo de Pacientes en Centro de Tratamiento. El rastreo permite a los profesionales obtener el perfil sociodemográfico del individuo y las características personales vinculadas al juego.

El sexo, la edad

Una diferenciación de las consultas está vinculada al sexo de quien se pone en contacto con el plan, revelando que 44% son mujeres y 56%, varones.

El grupo etario también tiene sus variables, al punto que 44% de los que llaman al sistema y piden asistencia, son personas de 50 años o más, y 72% acreditan 40 abriles o más. Es decir, se trata de un público básicamente adulto medio o grande.

También se ha determinado que 63% de las mujeres que demandan atención acusan 50 años o superan esa edad, mientras que 22% de los hombres alcanzaron el medio siglo de existencia o son más grandes.

Otro dato lo proporciona la educación del adicto: 63% posee estudios secundarios finalizados o a medio hacer, tecnicaturas o instrucción universitaria, completa o incompleta.

La posición laboral del individuo en esta adicción marca que 70% posee empleo a tiempo completo, parcial o esporádico, y el resto, 30%, estaría compuesto por jubilados, estudiantes, amas de casa y desempleados.

El estado civil del afectado proporciona una valoración más y de todos los casos, 40% está casado; 20% soltero; 8% unido o juntado; 24% separado, y 8% son viudos.

Los juegos que más hábito pernicioso producen son las máquinas tragamonedas, 81%; ruleta, 19%; cartas, 14% y otros, 4%, y como se observa el total superan 100%, dado que hay adicciones combinadas.

Tratamiento y seguimiento

El tratamiento está en la órbita del Ministerio de Salud, dentro del Plan Provincial de Adicciones, cuyo titular es el licenciado Mauricio Vezzoni.

El plan, tratamiento y seguimiento de los casos, es coordinado por Paula Zanetta, una joven empleada del Casino de Mendoza. En la actualidad se encuentran en asistencia de 25 a 30 personas, que corresponden al área del Gran Mendoza, con atención específica en el centro especializado Armando Tejada Gómez, que funciona en Pedro Vargas 598, de ciudad (ver aparte).

Tanto Vezzoni como Zanetta señalaron que es intención del Gobierno ampliar la asistencia a otros puntos de la provincia, como el sur, Valle de Uco o la zona Este. Afirman que aunque la situación preocupa, no debe interpretarse esa aspiración de ampliar el tratamiento como un aumento de los casos de jugadores sin remedio, sino a la necesidad de acercar el servicio a lugares donde funcionan bocas de juego, dando accesibilidad al interesado en tratarse.

"Si alguien está viviendo lejos y tiene que viajar a la capital, es probable que abandone todo intento de curarse y siga con su drama", razonan los dos profesionales.

De la demanda de tratamiento, que se comienza con un llamado a un 0-800 implementado por la cartera de Salud, 16% es algún familiar que consulta y 84%, el propio jugador. Miguel Títiro

.losandes.com.ar

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